El Grupo de Investigación “Salud y Seguridad en la Montaña” se creó con el fin de investigar en la prevención de los
accidentes de montaña desde tres áreas íntimamente relacionadas en la persona en su interacción con el medio:
Seguridad en la Montaña, Medicina de Montaña y Aspectos Psicológicos relacionados con la Montaña.
Contacto: grupossm@gmail.com

domingo, 3 de mayo de 2009

Diario del Campo Base del Manaslu-I Días 16 al 30 de Abril

Jueves, 16 de abril – MANASLU BASE CAMP (4.800-4.900 m.)
Nos levantamos a las ocho. Ha nevado sin parar toda la noche, ¡menos mal que conseguimos llegar al BC! El día de ayer fue agotador, la llegada apoteósica, y nos hacía falta un sueño reparador. Las constantes de JR perfectas: TA 130/75, saturación del 83%, frecuencia cardiaca de 82 por minuto, respiratoria de 20 por minuto; las mías también están bien. Ninguno de los dos presenta signos ni síntomas que sean preocupantes. Para desayunar, té y mermelada, todavía no tenemos apetito. Tenemos sol y nubes, así que se está bien fuera de la tienda, rodeados de nieve y montañas. Entre las 9 y las 10 van llegando Carlos y Javier, Alberto, Radek, los persas y Laurent con Stephanie. Después de comer todos juntos y de chequear las constantes de todo el grupo, pasamos consulta. Lo más significativo, el panadizo del pulgar derecho de Phemba, el sirdar de altura de Carlos, que tenemos que abrir y drenar. De paso, nos enteramos que los franceses –que forman parte del equipo de “aguerridos expedicionarios”- subieron al BC en dos etapas, y nosotros, que ni somos “aguerridos” ni entra en nuestros planes lo de la cima, nos apretamos la subida en un solo día. Como dice la jota “Los de Aragón no saben lo que es cejar. Los de Aragón no saben lo que es recular. Los de Aragón son gente brava…”. Por la tarde se acerca Joao García, amigo de hace años. Fue el primer portugués en llegar a la cima del Everest; la noche que pasó a más de ocho mil metros en un vivac improvisado, le costó múltiples amputaciones en manos, pies y nariz, por congelaciones. Fue tratado en el HCU Lozano Blesa de Zaragoza. Es un gran alpinista, una buena persona, un magnífico profesional. Tras una agradable charla, nos invita a comer mañana a los cinco españoles –3 alpinistas y 2 médicos-. Pronto empieza a nevar y se echa la niebla sobre el BC.

Viernes, 17 de abril – SIGUE NEVANDO
Se supone que es el final del invierno. Hace 4 semanas, el BC era piedra pelada. Ahora tendremos más de un metro de nieve. No ha parado de nevar desde ayer tarde, y sigue nevando. Cada dos horas sacuden las tiendas, de día y de noche. Nos hemos levantado “enrunados”. Hoy toca palear y sacar la ropa de abrigo de los petates, botas de plástico, polainas y demás complementos. El tiempo pasa volando; a las 12 subimos al emplazamiento portugués, en lo alto del BC. Joao nos recibe fenomenal, está muy bien organizado, comemos barbaridad, hacemos unas risas y vemos el parte meteorológico. A destacar del BC portugués: los medios tecnológicos. Seguimos con nieve, niebla y frío. Pasamos la tarde en la tienda comedor, pasando consulta, leyendo y escribiendo. Para cenar, sólo sopa. Al acostarnos nieva menos, pero empieza a soplar el aire.

Sábado, 18 de abril – COMO EN LA EXPO
Hoy ha amanecido un día precioso, completamente despejado, tal y como pronosticaban los partes meteorológicos que se manejaban ayer por el BC. Estamos todos en un corro: japoneses, coreanos, italianos, andaluces, rusos, portugueses, aragoneses y la troupe internacional que nos acompaña. Cada grupo con sus sirdars, cocineros, asistentes, cocina, tienda comedor-estar con suelo de nieve, ducha con vistas y toilet (agujero lleno de mierda entre 4 paredes de lona), además de las tiendas iglú de los expedicionarios. Todo un HIGH MOUNTAIN RESORT. No faltan las banderas de oración que cruzan graciosamente el BC a lo largo y ancho. Esta multiculturalidad en tan reducido espacio facilita tanto las grandes amistades, como los “sutiles” enfrentamientos… cosas de la naturaleza humana. A las 13 h estábamos invitados a comer los cinco aragoneses en el campo andaluz: jamón de Guijuelo, tortillas de patata, espárragos con mayonesa, aceitunas, lomo embuchado, foie, vino de la tierra, para arrancar, luego un arroz y, de postre, natillas, café y moscatel. Un adelanto de la feria de abril. Hemos intercambiado opiniones y comentarios con Miguel, el médico de la expedición andaluza, sobre los botiquines de altura. Inma, Lina, Ana y Tamara son las intrépidas alpinistas que intentarán llegar a la cima del Manaslu. Se las ve decididas, con ganas y posibilidades. A destacar del BC andaluz: su glamurosa tienda comedor, de noche tiene todavía más encanto. Puesta a su disposición por la Federación Andaluza de Montañismo, sólo cuesta 6.000 euros. La tarde la dedicamos al inventario de material médico y botiquín, recargar baterías con la placa solar y a atender las dudas sobre aclimatación de algunos de los que van a subir mañana al C-I.

Domingo, 19 de abril – UNA DUCHA A 4.800 metros
Amanece tan bueno como ayer. La mayoría de los expedicionarios se dirigen al C-I para dormir una o dos noches, a 5.600 metros. Yo aprovecho para organizar la tienda, sacar el saco y la colchoneta al sol, y ducharme, actividad de alto riesgo de patinazo múltiple y/o catarro. La ducha, con vistas al Manaslu –hay que ver lo bueno-, es una pequeña tienda amarilla que se cierra con cremallera, con un cubo colgante que se llena de tatopani (caliente agua) y un “suelo” de lona azul impermeable y altamente deslizante. Hay que saber colocarse bajo el chorrillo que cae del grifo del cubo –que se mueve en círculo-, administrar los 5 litros del cubo para que no te quedes a medio aclarar y mantener el equilibrio sobre la pendiente de nieve en la que asienta la lona-suelo. Con una mano te medio sujetas a la cuerda de la que cuelga el cubo y con la otra intentas enjabonarte. La ropa y las botas hay que dejarlas a mano, junto a la puerta-cremallera, para llegar a coger lo que sea preciso sin abrir demasiado la puerta. Hace sol, pero a casi 5.000 metros hace falta cierto arrojo para desnudarse y “remojarse” bajo un chorillo que nunca está a la temperatura ideal, o demasiado frio, o demasiado caliente. De todas formas, todo sea por dar ejemplo de higiene “at high altitude”. En la ducha me doy cuenta de lo tostados que tengo los brazos y lo blanco del resto del cuerpo… “el primer día de playa seré todo un espectáculo”, pienso. Con espíritu renovado, una ducha es una ducha, me dispongo a controlar las constantes del alemán y el austriaco que llegaron anoche –los dos últimos miembros de esta “troupe mundial” que encabeza Carlos. Anoche hubo reunión de leaders (o jefes de expedición) para plantear el acceso a la cima. Hasta ahora no ha sido posible, durante las 3 últimas semanas la nieve y el viento no han dado tregua suficiente para permitir la aclimatación por encima de los 7.000 metros, imprescindible para equipar las últimas pendientes y acometer la cima. Por lo visto hubo “disparidad de opiniones” en cuanto a poner o no cuerda fija. Algunos “puristas” consideran que hacen “otro tipo de alpinismo” y que no necesitan cuerda; no sé si habrán hecho mucho alpinismo por encima de 7.000 metros… Seguro que cuando bajen “sirocados” de la cumbre, más de uno de estos puristas se enganchará a la cuerda con uñas y dientes. Carlos conoce bien los Himalayas y sabe lo que se lleva entre manos, no tiene dudas de que hace falta equipar algunos tramos con cuerda. El día se estropea después de comer. La niebla cubre todo el BC y nos abrigamos convenientemente. Aquí, en muy poco tiempo puedes pasar de los 35º a los -10º, lo propio de un HIGH MOUNTAIN RESORT. Nos refugiamos en el iglú gigante de 6 metros de diámetro que está para los asuntos comunes de telecomunicaciones y multimedia, para leer y escribir hasta la hora de la cena, hablar con nuestros chicos y ultimar con ellos el botiquín de altura.

Lunes, 20 de abril – RECORDANDO A “NUESTROS” MÉDICOS DE ZARAGOZA
La noche ha sido fría, el termómetro de máximas y mínimas de la tienda marcaba -8ºC (dentro, claro). Los sacos de ALTUS que llevamos son muy calientes; pero una, que es friolera, duerme vestida, con patucos de plumas, y, esta noche, además con el plumífero y sin asomar la nariz fuera del saco. En un BC nunca se duerme solo, en el saco te acompañan el Thuraya (teléfono vía satélite), el portátil, la cámara de fotos, y la emisora, por aquello de que no se descarguen las baterías por el frío., además de alguna prenda húmeda para que se acabe de secar. En el bolsillo del saco el frontal y, muy a mano, el recipiente para hacer pis que, en el caso de los hombres puede ser cualquier botella o cantimplora de boca ancha, pero en el caso de las mujeres, tiene que ser algo de boca triple-ancho (por lo menos) para acertar. En altura hay que beber, es fundamental estar bien hidratado y, además, hay que mear. Como dice el Dr. Morandeira “si no sabes mear, no subas” porque, o estás deshidratado, o estás gestando un edema cerebral o pulmonar. Llevamos aquí, al filo de los 5.000, seis noches y cinco días, sin ningún tipo de problema médico, perfectamente aclimatados. Mis neurocirujanos F.J. Díaz Vicente y Villagrasa, del Hospital Clínico Universitario (HCU) de Zaragoza, pueden estar más que orgullosos del trabajo que hicieron con la resección del meningioma que tenía aposentado en la fosa posterior izquierda de mi cráneo. He subido, trepado y corrido hasta 5.000 metros nueve meses después de la intervención quirúrgica, sin problemas de equilibrio, vértigo, cefaleas, ni convulsiones, aclimatando sin problemas (mi saturación de oxígeno es del 85%). El Dr. Pérez Calvo, especialista en HTA, también del HCU, no se creería las cifras tensionales del Dr. Morandeira. De los tres hipotensores que toma en Zaragoza, con los que no acabamos de controlar su mínima (o Tensión Arterial Diastólica), aquí está sólo con la pastilla de la mañana y no pasa –en todo el día- de 145/75, su saturación de oxígeno a esta altitud es del 83-83% y su frecuencia cardiaca de 74 por minuto; conclusión: la altitud le sienta fenomenal. Además, hoy hace 3 semanas que no fuma.
Por la mañana temprano, Carlos, Javier y Alberto han salido para subir directamente al C-II, 1.600 metros de desnivel. Ellos ya durmieron días atrás en el C-I (5.600 metros). Cuando hablo con ellos por la emisora, nos dicen que Alberto se ha quedado en el C-I, Javier y Carlos siguen hasta el C-II para montarlo y pasar la noche ya que se encuentran perfectamente bien. En la consulta curamos una quemadura que se hizo hace cinco días uno de los cocineros con el queroseno del hornillo, estando en Samagaon. Se estropea la tarde, como siempre: niebla, frío y algún copo de nieve. Nos metemos en la tienda-cocina. Yo empiezo a preparar una de las cuatro clases que tengo que dar en el Curso de Medicina de Montaña que ha organizado la Himalayan Rescue Association (HRA) y la Comisión Internacional de Socorro Alpino (CISA). JR habla con los autóctonos de las tres religiones que tiene Nepal: Budism, Hinduism and Tourism.

Martes, 21 de abril – SISTEMAS DE ACLIMATACIÓN
De nuevo, sol. A las 7 solemos estar fuera de la tienda admirando las montañas. Vemos como sopla el aire en la cima, según la meteo a unos 100 km/h. A media mañana llegan Carlos y Javier del C-II. Nos cuentan que Alberto está mejor y que hoy sube del C-I (a 5.600 m.) al C-II (a 6.400 m.) para dormir. Ellos han cumplido el objetivo: estimular los mecanismos de respuesta frente a la hipoxia. El miércoles pasado durmieron a 5.600, ayer lunes a 6.400 y, entre estímulos, dar tiempo a que el organismo funcione y reaccione en el BC; no conviene agotarlo con estancias de varios días por encima de 5.500 metros, que consumen mente y cuerpo, hasta que llegue el momento de ir a cima. Hay tres sistemas de aclimatación: clásico, alpino y con cámaras hipobáricas. El clásico o “en dientes de sierra” implica ascender progresivamente (300-500 m por noche) y se puede pasar algún collado o subir más de 500 m siempre que se baje a dormir; está indicado para las personas que realizan trekkings de altura o que van por primera vez a gran altitud. El alpino supone varias semanas trabajando o realizando actividad física a 4.300 5.200 m de altitud, para subir y bajar la cumbre antes de que se produzca deterioro orgánico; este método es bueno para aquellas personas que se aclimatan bien y que ya conocen como responden a la altitud, como Carlos. El sistema de cámara hipobárica consiste en combinar determinados periodos de tiempo en cámara hipobárica (que simula las presiones parciales de oxígeno de cada altitud programada) con estancias en altitudes entre 3.000 y 5.000 metros. Hacen falta unos 2 meses de preparación y se disminuye el periodo de aclimatación en el lugar de destino. Hoy empieza a nevar bien pronto, sobre las dos de la tarde. Para merendar, preparo Spanish omelette; después de un esfuerzo físico, es tan importante rellenar los depósitos de glucógeno como hidratarse bien, mucho más en montaña. Están casi todas las expediciones durmiendo en C-I y C-II desde el domingo, un poco arriesgado con lo que se está cargando de nieve la montaña. Y siguen llegando grupos desde Samagaon: búlgaros, suizos, chilenos,…. Nos acostamos sobre las ocho, con frío y nieve.

Miércoles, 22 de abril – LOS SHERPAS
Ha nevado 13 horas seguidas. Volvemos a tener las tiendas “enrunadas”. Antes de la consulta toca “palear”. Desde primera hora se oyen avalanchas desde todos los flancos del BC. Pasamos todo el día con niebla, frío y algún copo de nieve que sigue cayendo. Todos los que se habían quedado por los campos de altura, empiezan a llegar a partir de las 12:30-13 horas. Han pasado una noche horrible, les ha caído un metro de nieve y el aire ha roto varias tiendas. Entre el C-I y el C-II hay muchas grietas que han quedado ocultas; bajan 16 rusos, las andaluzas, Alberto Sanmartín, los “persas” y alguno más. Los rusos lo han tenido claro desde el principio, han atado una cuerda al arnés de uno de los sherpas que iba con ellos, y han bajado todos detrás de él. Los Sherpas constituyen uno de los grupos étnicos del Nepal más conocido. Viven en las montañas del centro y del este del Nepal. Eran pastores nómadas tibetanos que se trasladaron a la zona del Solu Khumbu hace unos 500 años, desde el este del Tibet, trayendo la religión budista tibetana y la construcción de gompas o monasterios. Esta etnia ha conseguido una adaptación genética a la hipoxia mediante selección de la función de la hemoglobina. Han seleccionado formas de hemoglobina más eficiente en captar oxígeno y en cederlo a los tejidos. Tienen valores de hemoglobina en sangre de 15 a 17 mg/dl y hematocritos de 46-48% (como cualquiera de nosotros en Europa), y una capacidad respiratoria considerablemente mayor que andinos y alpinistas aclimatados tanto en reposo (unos 20 litros/minuto versus 10-12 litros/minuto), como en hipoxia. En 1999, el sherpa Babu Chhiri pasó 21 horas en la cumbre del Everest, donde la saturación arterial de oxígeno es del 25% (a nivel del mar es del 99%), sin oxígeno artificial y regresó al Campo Base sin problemas. Una vez más, el “aguerrido hombre blanco europeo” ha quedado a la altura del barro atando a una cuerda a un ser humano al que considera inferior y resulta ser “muy superior”. Eso sí, los expedicionarios nuevos que llegan al BC no se olvidan de hacer la puya (honores y ofrendas correspondientes a los dioses). No es mala idea, las avalanchas siguen cayendo sin tregua.

Jueves, 23 de abril – SAN JORGE
Como no podía ser menos, decidimos “celebrarlo” con una pequeña excursión de 300 metros de desnivel, de 4.800 a 5.100 metros, siguiendo el resto de la huella que lleva al C-I. Ayer nevó todo el día, pero hoy ha amanecido soleado, aunque durará poco. Las vistas son espectaculares a medida que subimos; digamos que ya nos hemos acostumbrado a las del BC, que también lo son, pero que ya no nos impresionan igual. Con tantos días de mal tiempo, las placas solares no han funcionado casi y no hemos podido recargar la batería de la cámara de fotos; así que, a mitad de camino, nos quedamos sin posibilidad de registro gráfico. Nos cruzamos con taiwaneses, dos búlgaros y un chileno. A nuestra derecha caen las avalanchas continuamente; por suerte, a distancia considerable. Por la tarde, nos suben pacientes de Samagaon, lo más llamativo, un absceso en antebrazo en una jovencita de 17 años. Entre gran expectación, lo abrimos, lo limpiamos y curamos; es lastimoso ver cómo aguantan y sufren lo que les echen.

Viernes, 24 de abril – DATOS PARA EL PROYECTO DE INVESTIGACIÓN
Después de varias semanas en el BC y un mínimo de dos noches por encima de 5.000 metros, ha llegado el momento de sacar sangre a nuestros alpinistas para tener datos objetivos sobre su proceso de aclimatación. Vemos como ha aumentado de forma significativa su hematocrito y hemoglobina respecto de las cifras que presentaban en Zaragoza, como disminuye el TCO2, la pCO2 y los bicarbonatos. Estos datos los compararemos con los datos de la analítica que hagamos cuando vuelvan después de pasar tres noches entre 6.400 y 7.100 metros, y tres días subiendo entre los campos de altura y equipando la última parte de la ruta. Aprovechamos también que los sherpas se prestan a la extracción de sangre y así haremos un estudio comparativo. Los sherpas presentan cifras de hematocrito y hemoglobina similares a las de cualquier persona no aclimatada a la altitud, precisamente por ese proceso de selección natural de la hemoglobina que ya hemos explicado, la suya es mucho más efectiva, eficaz y eficiente. A la analítica añadimos saturación de oxígeno, frecuencia cardiaca, respiratoria, tensión arterial, auscultación pulmonar y tira de orina. Para compensar tanta “intoxicación de ciencia”, Carlos prepara un bacalao al pil-pil (que vino en salazón desde España) que está para chuparse los dedos. Después de comer, salen Alberto y Mingma, su sherpa de altura, hacia el C-I. Carlos y Javier, con Phemba, saldrán mañana directamente hacia el C-II, a 6.400 metros, donde harán el test psicológico de habilidades del pensamiento. Empleamos la tarde en pasar datos al ordenador y en hacer copias de seguridad.

Sábado, 25 de abril – MÁS DATOS
Después de despedir a Carlos, Javier y Phemba, nos acercamos al BC andaluz para saber si las chicas tienen interés en hacerse analítica de sangre. Como era de esperar, se prestan gustosísimas, ellas, Lolo –su cámara- y Nick, un americano que las acompaña en esta expedición. Con Inma, que parece no tener venas, tenemos algún problemilla y le acabamos pinchando una variz de la pierna para conseguir el poquito de sangre que nos hace falta. Mientras yo manejo la “tecnología punta” que SALUD, Universidad de Zaragoza y la Dirección General de Investigación, Innovación y Desarrollo del Gobierno de Aragón han puesto a disposición de la expedición aragonesa al Manaslu, el Dr. Morandeira anota nombres, edad, días en altura y otras variables que recogemos, dando buena cuenta del vino, jamón y lomo que Lolo y las chicas han preparado.

Domingo, 26 de abril / Martes, 28 de abril – SAMDO: ida y vuelta
A las 7, cuando salimos de la tienda ya vemos que será día de sol y calor. La idea para el domingo, ya que hemos cumplido con la recogida de datos y están todos por los campos de altura, es: ducha, pelo y colada. Mientras desayunamos, se acerca nuestro sirdar de Campo Base a explicarnos que han llegado unos chicos de un pueblo del valle, Samdo, pidiendo de si puede ir un médico a ver a una señora de 32 años que fue ayer atacada por un yak y que tiene una herida en el abdomen. Como en este asunto el artista principal, y “primer espada”, ha sido el Dr. Morandeira, le dejo a él la redacción del episodio; yo sólo he estado de ayudante y, además, es digno de ser oído (o leído) tal y como lo cuenta.
Son las siete y media de la mañana en el Campo Base del Manaslu, hora del desayuno general. En eso estamos, cuando aparece nuestro sirdar, Lhakpa, acompañado de tres jóvenes nepaleses del Valle del Budhi Gandaki (o sea, el Old River que dicen los british, o el Viejo Río, que diríamos nosotros), con cara de cansados y apesadumbrados. No es para menos, han pasado la noche andando para llegar desde su pueblo, SAMDO, en busca de un práctico en curas y manejo de heridas (o sea, un cirujeta; o sea, yo), que según les han indicado, cundía por estos lares. Al parecer, a una familiar suya le ha pillado el toro (o sea, el yak, que es lo propio de estas tierras), perjudicándola bastante. No tienen dinero para pagar un helicóptero que la lleve a Kathmandú, ni el hospital y los médicos que la atiendan allí. Alguien, con buen criterio (al parecer unos trekkineros foráneos de los múltiples que circulan por el lugar) les ha indicado que si no la ve un cirujano y la herida es penetrante en la cavidad abdominal, lo normal es que la enferma se muera de una peritonitis en unos pocos días. Así que piden, ruegan y suplican encarecidamente mi colaboración, mostrándose dispuestos a llevarme hasta donde se encuentra la afectada, aunque sea a corderetas. El incuestionable deber moral, profesional y etc., etc., etc., que obliga a atender la solicitud, se ve algo afectado por la necesidad de dejar abandonados a nuestros muchachos, ya desplegados en orden de ataque por los Campos de Altura, y la perspectiva del palizón que supone bajar los 1.400 metros de desnivel que separan el BC del Valle del Budhi Gandaki, más las dos horas de marcha desde el río hasta Samdo, donde se encuentra la corneada. Como siempre, al final, lo moral se impone a todo lo demás y las cosas se apañan de una u otra manera: la Dra. Nerín se ofrece a acompañarme como incondicional ayudante, muy estimulada por el ofrecimiento de que las dos horas de camino desde el río hasta Samdo las haremos a caballo, algo que le parece muy “in” dado que estamos en plena Feria de Abril. Miguel, el traumatólogo que acompaña a la expedición femenina andaluza, se hará cargo de cuanto ocurra a los “tragamontes”. Aparte de los tres samdineros (los de Samdo, claro), nuestro sirdar Lhakpa, con los dos porteadores, nos acompañarán transportando cuanto sea preciso. En fin, que está claro. Así que nada, en menos de una hora habíamos preparado todo e iniciábamos el vertiginoso descenso hasta el valle que, dada la urgencia del caso, realizamos en un tiempo record de dos horas y media, a base de llegar con las rodillas fundidas y los tobillos al borde del espasmo. En el fondo del valle nos esperaban los caballos. La Dra. Nerín emocionadísima, Lhakpa jugando a Gengis Khan con galopes y trotes borregueros de exhibición, y yo horrorizado (y eso que me adjudicaron al manso) de recorrer a lomos de un jaco aquellos increíbles caminos de montaña, atravesando ríos, bosques, pedreras, neveros y barrancos. Agarrado con todo lo que puedo a cuanto sobresale del jaco, con la entrepierna y las posaderas destrozadas, en hora y media de cabalgada, suplicio de tántalo o lo que sea, llegamos a Samdo. Directos a casa de la accidentada: sala general de paredes y techos negros por el humo, cocina-hogar bajo, armatostes varios y, en un rincón, la cama, lecho de dolor o como se llame, donde se encuentra tendida, entre múltiples mantas y almohadones la corneada, rodeada de lo que, a mí, me parece medio pueblo, pero que, al parecer, son sólo afectos, íntimos y familiares. No se ve nada y, naturalmente, no hay luz. Así que hay que recurrir a las linternas frontales. En una primera inspección, la herida, de unos 25 cm de longitud, aparece con sus bordes cutáneos excepcionalmente bien afrontados con tiras de “steri-strip”. Aparece entonces el treekkinero autor de los buenos consejos de ir a buscar un cirujano y autor de la aproximación de los bordes cutáneos. Tras un primer saludo en inglés, resulta ser de Barcelona. Así que nada, “escolta nano, com va tot?” y luego ya nos explayamos. Se llama Marc, es informático, pero muy aficionado al ciclismo y ha hecho varios cursos de primeros auxilios; lleva un buen botiquín, está muy acostumbrado a tratar rasguños y heriditas y, aunque ésta le desbordaba por su tamaño, se ha defendido dando buenos consejos y haciendo una primera cura con buena mano. Molt bé, nano. Hay que abrir la herida, comprobar si es penetrante en cavidad abdominal, revisar la hemostasia, drenar y reconstruir adecuadamente por planos. Lo hacemos bajo anestesia local, después de que la Dra. Nerín haya realizado la conveniente analgesia y sedación vía endovenosa, con numeroso y fervoroso público, ya que a los presentes, no hay forma humana de echarlos. Afortunadamente la herida no es penetrante en cavidad abdominal y, aunque laborioso, en un par de horas, el trabajo de limpieza, hemostasia y reconstrucción está terminado. Durante todo el tiempo, hemos contado con el apoyo incondicional del público y una serie de cánticos de apoyo en la estancia contigua, donde descubrimos a cuatro Lamascon toda su parafernalia dominica desplegada al efecto. O sea, bien, “a Dios rogando, y con el mazo dando”. Por fin, a las seis, podemos descansar y comer algo. Luego, a dormir, que el día se ha ido volando. Nos levantamos temprano. Yo estoy hecho polvo: lleno de agujetas y con la entrepierna aquejada de destrozo caballuno. Desayunamos. Revisión de la operada, que está de cine –saca mejor cara que la Dra. Nerín-. Los familiares parecen haber entendido como tienen que administrar el tratamiento antibiótico y analgésico que hemos indicado para la paciente. Nuestra fama ha cundido y nos han preparado una consulta de veintitantos, en la que vemos y hacemos de todo. Después, otra vez al caballo, dos horas y media hasta Samagaon. A mi me han colocado dos mantas más de almohadillado y me llevan al bicho por el cabestro, para que no me asuste tanto. Esta vez, la Dra. Nerín pide árnica para su entrepierna y Lhakpa sigue haciendo demostraciones galoperas a lo Gengis Khan. No tiene remedio. Llegamos a Samagaon. Más consulta. Nos hemos hecho famosos en todo el valle. Duerme lo que puedas y, al día siguiente, apechuga con los 1.400 metros de desnivel hasta el Base Camp del Manaslu, al que llegamos molidos, pero con la interna satisfacción de haber inaugurado con todos los honores el SERVICIO DE ASISTENCIA MÉDICA URGENTE CABALLIZADO “061” del Valle del Budhi Gandaki. Que no es moco de pavo.
Hasta aquí, la crónica del Dr. Morandeira. Retomo el relato correspondiente a la tarde del martes 28 de abril. El ascenso al BC lo hemos hecho en dos horas menos que la primera vez, se nota la aclimatación y conocer el camino. Sobre las 14:30 hemos llegado, acompañados de Amar –uno de los asistentes de Lhakpa- que llevaba los 25 kg de botiquín que habíamos empaquetado para atender a la corneada. Una vez aquí, Alberto –que se bajó ayer- nos explica el panorama, que es de asustar: los nuestros, Joao García y los italianos salieron anoche del C-III para llegar con buena hora a equipar con cuerda fija los últimos tramos, han pasado 15 horas y no hay noticias de ellos; uno de los italianos no estaba bien y se ha bajado al C-III con su sherpa, que luego se ha ido, dejando a Giuseppe con varios miembros de la expedición andaluza, que lo bajan hasta el C-II. La intención es bajarlo hasta el BC, Miguel ha preparado un Puesto Médico Avanzado, pero a las 15:30 nos llega la noticia de que el italiano ha muerto en el C-II. Pasamos la tarde y la noche sin saber nada de Carlos y Javier, no podemos contactar ni con emisora ni con el Thuraya.

Miércoles, 29 de abril – MOUNTAIN MEDICINE NON-STOP
A las dos de la madrugada viene Lhakpa a la tienda y me dice que Carlos y Javier han llegado. Me calzo y salgo volando. Están en la cocina tomando sopa y pollo. No tienen mal aspecto para haber pasado 26 horas en marcha, casi sin comer y bebiendo muy poco. Carlos se ha quedado a pocos metros de la cima; eran ya las cuatro de la tarde, hacía mucho viento y lo más inteligente era darse la vuelta. Deciden bajar de tirón al BC, han pasado una noche a 6.400 metros y dos a 7.100 m., sin sacos y con mucho frío. Nos cuentan que hay un ruso perdido y que los italianos también se han dado la vuelta. Estamos con ellos, atentos a todo lo que nos cuentan: el hielo, los seracs, el aire, las antecimas que hay antes de la real o verdadera, el esfuerzo que han hecho…pero contentos porque ya lo tienen todo preparado para intentar la cima en cuanto se recuperen y el tiempo lo permita. Durante dos horas se hidratan bien y a las cuatro nos acostamos todos. A las ocho volvemos a juntarnos para desayunar y hacer una detenida evaluación del estado de salud de Carlos y Javier: presentan buenas constantes, conjuntivitis, aftas en labios, siguen deshidratados, su hematocrito y hemoglobina han disminuido de forma significativa, y cuando vemos los pies de Javier no hay duda, congelaciones de primer grado en los dedos 1º, 2º y 3º del pie derecho. Así que empezamos con los baños de agua a 39º con povidona yodada, Adiro y Clexane. Seguimos con colirio para los ojos, cicatrizante para las aftas, algún analgésico, rehidratación, descanso y mucho sol. También se acerca Joao, que ha hecho cima, para que le revisemos la nariz, tiene una congelación de primer grado en el colgajo que le aplicaron tras las lesiones que sufrió en el Everest hace unos años. Poco después de comer se acerca Miguel, el médico andaluz, para que vaya a su tienda para hablar con el C-I por la radio. Están andaluces e italianos con Marco, que se encuentra muy mal y qué pueden hacer. Después de recabar constantes y alguna información, lo tengo claro, hay que bajarlo. Son las cuatro de la tarde y en 3 ó 4 horas pueden estar aquí. Ponen más de una pega e insisten en que paute medicación por radio, pero me niego. Por lo que explican no me parece Mal de Montaña, ni Edema Pulmonar, ni Cerebral. Los tres médicos nos mostramos inamovibles, deben bajar al paciente italiano hoy. Preparamos de nuevo el Puesto Médico Avanzado. En un día lo han bajado del III al II y luego al I, le han dado aspirina, acetazolamida, oxígeno y corticoides, sin que mejore. La sospecha es de agotamiento y deshidratación grave, no de patología de la altitud. Llegan, andaluces e italianos, a las 19:30. Colocamos a Marco sobre un colchón en la mesa-comedor de los andaluces. Tenemos uno de los hornillos de la cocina, que sirve como estufa, sobre el que hay una olla enorme con agua (para descongelar los sueros y humidificar la tienda). Tomamos constantes: tensión arterial de 90/50, frecuencia cardiaca de 90 por minuto, saturación de 68% y temperatura de 39º; auscultación pulmonar: normal; consciente y orientado, pupilas iso/normo, algo bradipsíquico. En la analítica, el potasio está bajo mínimos. Iniciamos rehidratación vía venosa y vía oral. Alcalinizamos la orina para forzar la diuresis. Los sueros los administramos a 36º, interesa que le baje un poco la temperatura, pero tampoco hay que pasar de la hipertermia a la hipotermia. Dos horas después, recogemos 150 cc de orina, muy concentrada, pero Marco ha mejorado de forma significativa. Seguimos administrando líquidos, un poco de potasio y luego una sopa. A las 22.30 lo mandamos a dormir con un compañero y un bote para que recoja la orina de la noche. Tiene una TA de 130/80, FC de 75 por minuto, saturación de 76%, temperatura de 37’5º y está mucho más espabilado. Lo que hemos podido hacer en el PMA del BC, no hubiera sido posible en el C-I. Es una gran satisfacción para todos ver cómo se ha recuperado Marco.

Jueves, 30 de abril – CIAO GIUSEPPE
El día de ayer fue larguísimo y nos levantamos un poco más tarde de lo habitual. Sobre las 9:30 de la mañana llegan los sirdars con el cuerpo de Giuseppe, que estaba en una de las tiendas del C-II. Lo suben hasta el campo de los italianos, donde lo recogerá el helicóptero. Todos los que estamos en el BC salimos de las tiendas y contemplamos la escena, de pie, en silencio, con pesar. Este hombre pasó dos noches en el C-II enfermo. Si hubiera bajado directamente al BC, hubiera tenido alguna oportunidad de sobrevivir. Pero la vida sigue, y tenemos que atender a los vivos. Dedicamos la mañana a los pequeños tratamientos, a las congelaciones de Javier, la nariz de Joao y a la reevaluación de Marco, que está mucho mejor, durante la noche ha hecho unos 650 cc de orina (nos trae el frasco) y su aspecto ha mejorado considerablemente, igual que su saturación de oxígeno, que ya es del 85% y su frecuencia cardiaca, 62 pulsaciones por minuto. La recomendación es comer, beber y mear. También vemos las congelaciones del otro Marco, al que JR llama Búfalo Bill por la similitud de sus barbas, en los tres primeros dedos del pie izquierdo (que ya se habían congelado en abril de 2008). Por la tarde, viene Joao a despedirse, se va mañana por la mañana. A él ya sólo le quedan dos ochomiles, el Nanga Parbat y el Annapurna.
Ha sido un día de emociones enfrentadas. Estudiaré el caso de Giuseppe a partir del vídeo que tiene la expedición andaluza de cuando llegan ellos al C-II y administran corticoides al italiano, de lo que cuentan respecto a la clínica que presentaba y de lo que decían los compañeros. Tampoco parece Mal de Montaña. ¿Una trombosis pulmonar? ¿Una hemorragia? ¿Un infarto? Desde luego, esta expedición italiana ha estado gafada: Roberto se fue en helicóptero hace unos diez días con una ciática, Giuseppe muere hace dos días, Alberto se fue en helicóptero ayer –después de conocer la muerte de su compañero-, Marco casi no lo cuenta y Marco Zafra presenta congelaciones que le obligan a retirarse. Mario Merelli decide dar por finalizada la expedición y el sábado se van del BC. La montaña tiene su cara y su cruz. En el Manaslu mueren dos o tres personas todos los años.
Mª ANTONIA NERÍN Y JOSÉ RAMÓN MORANDEIRA

3 comentarios:

  1. Namaste compañeros.
    Estais haciendo una faena que hara palidecer a muchos, una demostracin de como debe ser la medicina de montaña in situ.
    Tantas emociones desgastan una barbaridad. Para recuperar, propongo lifara galenica en Moncayo, invitado de honor: Ternasco del somontano.
    Un abrazo Sanvi

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  2. Queridos José Ramón y María Antonia es impresionante la gran labor que estais realizando.Es un orgullo ver como a través de vuestro ingente trabajo la medicina y el montañismo aragonés están en primera division himaláyica o jugando la champion que diría JR.Un abrazo.
    Luis

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  3. Querida Tonona,

    que sepáis que desde Luxemburgo también seguimos las increíbles aventuras de la doctora cardigasa y sus galopadas nepalíes.

    Un fuerte abrazo, Julio

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